¿Qué es la rehabilitación energética en edificios?
En DLAZEN tenemos una amplia trayectoria en relación a la rehabilitación de edificios. Se trata de un campo en constante evolución, hasta hace poco tiempo entendido únicamente como herramienta para solventar la degradación de materiales, sistemas constructivos y estructurales, garantizar la estabilidad del conjunto o la accesibilidad.
Sin embargo, en las últimas décadas, surge en la sociedad una conciencia ecológica ligada al cambio climático, con la que aparecen conceptos en la rehabilitación asociados al consumo energético -ahorro energético, eficiencia energética, fuentes renovables, impacto ecológico, sistemas pasivos, grandes aislamientos- y con la salud –confort térmico, calidad del aire-. La rehabilitación que atiende a todos estos puntos es la que llamamos “Rehabilitación energética”.
¿En qué consiste la rehabilitación energética?
La rehabilitación energética reduce el consumo y la factura del usuario, actuando tanto en la mejora del aislamiento térmico de la envolvente como en los sistemas de producción y/o emisión térmicos de frío y calor. Se trata de recuperar el edificio construido con el fin de reducir el impacto ambiental que suponen la demolición y obra nueva. Mediante la rehabilitación se alarga la vida útil, mejorándola y amortizando en el doble de tiempo el impacto ecológico generado por su construcción inicial. Se estima que los edificios “son responsables del 40% del consumo energético y del 36% de la contaminación con gases de efecto invernadero”.
La rehabilitación energética también incluye medidas de reducción de la contaminación por fabricación de elementos constructivos, así como el transporte de material y la producción de residuos de derribo.
Además de atender a los conceptos citados anteriormente, se debe entender la rehabilitación energética también una inversión a largo plazo. La mejora en el comportamiento energético supone una revalorización del edificio. Se estima que la inversión en la rehabilitación energética en un edificio es amortizada en un periodo máximo de 10 años gracias en el ahorro en el consumo energético.
Controlar la incidencia solar y las transmitancias de los cerramientos, evitar puentes térmicos, incluir sistemas pasivos de ventilación, aprovechar las fuentes renovables (sol, aire, temperatura del terreno) son algunas de las estrategias para aumentar el confort y reducir el consumo energético. Nos gusta entender este tipo de obras como el reto común de cómo abordar cualquier proyecto: hacer buena arquitectura que responda problemas específicos, proponiendo e inventando soluciones adecuadas a cada caso.
Durante los próximos tres años, parte de los fondos europeos de recuperación serán destinados a rehabilitar 500.000 viviendas, destinando 4500 millones de euros en total a través de ayudas públicas a viviendas y barrios, que cubren hasta un 30% del coste elegible. “Las 500.000 viviendas que el Gobierno plantea rehabilitar en tres años son un buen impulso para sentar las bases de la orientación correcta que debe tomar la ola de renovación urbana que es necesaria para transformar nuestros pueblos y ciudades en esta próxima década, optimizando recursos” (Lluís Comerón, presidente del CSCAE)